Ya está, ya lo he dicho, ya no hay marcha atrás, ahora me toca cumplir y darlo todo. 27 de marzo, sólo se me ocurre a mí, ayer se cambió la hora, he dormido esta noche fatal y  justo hoy a la hora de la comida empieza mi reto.

Voy a soltar lastre y contaros que yo siempre he hecho algún tipo de ejercicio, ballet desde los 6 hasta los 18 años, luego con mucha pena de mi corazón lo tuve que dejar porque empecé a entrenar para preparar las pruebas de INEF, pruebas de acceso que no superé (tras 2 años de intento ¡glup!)   y entonces cambié radicalmente de rumbo.

¿Os viene la imagen del dibujo animado de un angelito que te dice tienes que hacer esto y el demonio que te tienta a no hacerlo?. Así estoy yo desde hace años con el ejercicio. El ejercicio en todas sus versiones (fuera mentes calenturientas) ha estado presente en mi vida por ciclos, me da satisfacciones pero me cuesta taaaanto.

Y este año cumpliré años (¡afortunadamente!) y con cambio de decena, ¡ay siii! neniñaaa vas pa vella, la década de los 50, yeah baby!. Y ahora sí, es el momento, ¡ahora o nunca! me propongo un cambio de hábitos, más ejercicio y mejor alimentación. Voy a usar las redes sociales, sobre todo Instagram por la inmediatez para contaros mis avances o fracasos, porque conozco mis debilidades, el hacer público mi reto es animarme a esforzarme, es un mayor compromiso en los momentos de debilidad porque el diablillo que todos tenemos en la cabeza tiene una facilidad pasmosa para buscar excusas.

En próximas entradas explicaré mi plan de ejercicios y de alimentación, dejaré de comer algunos alimentos que nos han vendido como bonanzas y no lo son, y abriré los ojos sobre la publicidad engañosa que afecta tanto a la salud. Estas zapatillas fucsia se van a caer de usadas y van a ser las zapas de mi reto, ojalá las machaque tanto que pronto tenga que reponerlas.